El témino PAS es un acrónimo de Persona Altamente Sensible, o lo que es lo mismo, una persona cuya sensibilidad al entorno que le rodea es cualitativa y cuantitativamente mayor que la media.
Conocer la forma particular de las PAS de sentir y pensar nos ayuda a entendernos, aceptarnos y a vivir una vida con mayor bienestar. De ahí la importancia de que te identifiques como PAS, y que conozcas los 4 pilares del rasgo que te detallo más adelante.
¿Qué significa ser una Persona Altamente Sensible?
Ser una Persona Altamente Sensible (PAS) no es ningún trastorno, ni ninguna enfermedad. No es que seas más frágil, más débil o más vulnerable, y que te tomes todo a la tremenda o seas de lágrima fácil.
Ser una PAS es disponer de un sistema nervioso más fino, más sensible al entorno, que es capaz de captar más información sensorial y procesarla más profundamente.
Esta particularidad se traduce en una serie de características, lo que en conjunto constituye un rasgo de la personalidad. Está presente en torno al 20-30% de la población, en hombres y mujeres en igual porcentaje.
La pionera en la definición de este rasgo del comportamiento es la Dra Elaine Aron, que acuñó el término Highly Sensitive Person, que se ha traducido como Personas Altamentes Sensibles (PAS) o personas con una Sensibilidad al Procesamiento Sensorial (SPS)
Los cuatro pilares de la alta sensibilidad
A pesar de que existe un Test de Alta Sensibilidad, para ser PAS debes identificarte en todas y cada una de estas 4 características:
- Procesamiento profundo de la información
Las PAS captamos más datos que el resto de personas, y realizamos un mayor volumen de procesos mentales, y todo ello ocurre de forma inconsciente.
Por ello solemos ser personas muy reflexivas, de mentes inquietas, con tendencia a comparar, analizar y evaluar mucho las cosas. Solemos tender a barajar muchas opciones y ser conscientes de sus implicaciones, intentando anticiparnos a posibles problemas futuros.
- Sensibilidad a las sutilezas
Las PAS, gracias al procesamiento profundo de la información, somos capaces de discriminar en mayor detalle la información que nos llega por los sentidos.
No significa que nuestros 5 sentidos (oido, olfato, vista, tacto, gusto) están más desarrollados, sino que percibimos más sutilmente, captando matices que otros no son capaces de discernir.
Así, captamos de forma más intensa tanto la información que viene de fuera (sonidos, olores, texturas, etc.) como la que viene de dentro (sensaciones de hambre, dolor, etc.)
- Alta emocionalidad y empatía
Las PAS lo vivimos todo muy intensamente, tanto las emociones consideradas negativas (tristeza, rabia, miedo, asco, etc.) como las consideradas positivas (alegría, amor, etc.).
Las emociones impactan en nuestro aprendizaje y nuestra memoria, y esto está ligado al procesamiento profundo de la alta sensibilidad.
A esto se le une la empatía, esa capacidad de ponerse en el lugar del otro gracias a la gran actividad de las neuronas espejo.
- Sobreestimulación
Las PAS, al recibir tantos datos y procesarlos tan profundamente, pueden colapsar cuando les llega más información de las que son capaces de procesar. El sistema nervioso se satura y la persona colapsa.
Esta especie de cortocircuito interno se puede manifestar de muchas y diferentes formas, pero suele ir acompañado de una sensación de pérdida de control, bloqueo mental, agobio, etc. pudiendo generar estrés e incluso ansiedad si se prolonga en el tiempo.
¿Te sientes identificado/a pero aún tienes dudas?
A veces no es fácil reconocerse en los 4 pilares, ya que se manifiestan en el comportamiento de formas muy diversas, puesto que se entrelazan con otros rasgos del temperamento de la persona, sus propias experiencias, el entorno, etc.
Por ejemplo, la Alta Sensibilidad a veces se confunde con la introversión, pero no es lo mismo. Aunque la mayoría de las PAS son introvertidas, hay un 30% que son extrovertidas.
Además es importante que sepas que la alta sensibilidad puede convivir con otros trastornos, y a veces tiende a confundirse con ellos.
Cada PAS es única, identificarte y entender tu propia sensibilidad es el primer paso para transformarla en una fortaleza.
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